Desde 320€
20min
Microinyecciones precisas de toxina botulínica en los músculos responsables de las arrugas dinámicas, con el objetivo de reducir la contracción muscular y suavizar líneas de expresión.
Resultados progresivos visibles entre 4 y 7 días, con efecto máximo a los 7-10 días. La duración habitual es de 4 a 6 meses.
Se recomienda no acostarse ni masajear la zona durante las primeras 4 horas para asegurar una correcta distribución de la toxina.
La toxina botulínica es un tratamiento que actúa directamente sobre los músculos responsables de las arrugas dinámicas, permitiendo suavizar líneas de expresión sin alterar la expresividad natural del rostro. Su eficacia se centra en zonas como frente, entrecejo y patas de gallo, donde la contracción muscular constante genera arrugas con el tiempo.
A través de microinyecciones precisas, la toxina botulínica reduce la actividad muscular local, lo que provoca un alisamiento gradual de la piel y un efecto rejuvenecedor natural. Este procedimiento no solo mejora la apariencia estética, sino que también ofrece un efecto preventivo frente a la formación de nuevas arrugas dinámicas.
La toxina botulínica bloquea de manera temporal las señales nerviosas que generan la contracción del músculo. Al relajarse, la piel que recubre esa zona se estira suavemente, reduciendo la profundidad y visibilidad de las líneas de expresión.
Además de su efecto estético inmediato, este tratamiento tiene un impacto preventivo, pues la disminución de la contracción repetitiva retrasa la aparición de nuevas arrugas y permite que la piel mantenga una mayor elasticidad a lo largo del tiempo.
El tratamiento con toxina botulínica ofrece múltiples ventajas más allá del alisado de arrugas:
- Expresión equilibrada: mantiene la movilidad facial, evitando el efecto de “rostro congelado”.
- Prevención de arrugas futuras: disminuye la actividad muscular, reduciendo la aparición de líneas dinámicas.
- Resultados progresivos y previsibles: los efectos comienzan a notarse a los pocos días y alcanzan su máximo entre los días 7 y 10, proporcionando un resultado armonioso y natural.
- Combinación con otros tratamientos: puede integrarse con rellenos dérmicos o tratamientos regenerativos para un rejuvenecimiento global del rostro.
La sesión es rápida y ambulatoria, con una duración aproximada de 15 a 20 minutos. No requiere anestesia ni tiempo de recuperación, lo que permite retomar la rutina diaria de manera inmediata. Las microinyecciones se realizan con precisión en las zonas seleccionadas tras un análisis previo de la expresión facial de cada paciente.
El enfoque personalizado asegura que cada aplicación se adapte a la anatomía y necesidades específicas del rostro, logrando un resultado natural que respeta la expresividad individual y armoniza las facciones.
El tratamiento es seguro y está ampliamente respaldado por la práctica clínica, siempre que se realice por profesionales cualificados y con experiencia. Los efectos adversos son mínimos y generalmente transitorios, como leve inflamación o sensibilidad en el punto de inyección durante las primeras horas.
Para optimizar los resultados y evitar desplazamientos del producto, se recomienda no acostarse ni masajear la zona tratada durante las primeras 4 horas y mantener hábitos de cuidado facial adecuados. La repetición periódica del tratamiento cada 4-6 meses permite prolongar y mantener la suavidad de la piel y la armonía de la expresión facial.