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El tratamiento con polinucleótidos perioculares está diseñado específicamente para regenerar y revitalizar la delicada zona del contorno de ojos. En Clínica Olive, la Dra. Ana aplica polinucleótidos de la marca Croma® mediante microinyecciones superficiales que mejoran la elasticidad, densidad e hidratación del área ocular, sin aportar volumen. Es una opción de medicina estética sin cirugía, segura y altamente eficaz para combatir signos de fatiga, ojeras y arruguitas finas.
Mejora la calidad y firmeza del contorno ocular Reducción visible de ojeras pigmentadas y bolsas leves Atenuación de líneas de expresión (patas de gallo) Hidratación profunda y efecto buena cara Rejuvenecimiento natural sin alterar la expresión Este tratamiento es ideal para pacientes con mirada cansada, piel fina o primeros signos de envejecimiento periocular.
El procedimiento es bien tolerado, con mínimos efectos secundarios. Puede aparecer leve inflamación o pequeños hematomas que remiten en 48-72h. Se recomienda evitar maquillaje, calor intenso, ejercicio físico y exposición solar durante los primeros días.
El contorno de ojos es una de las zonas más delicadas del rostro, con piel fina, pocas glándulas sebáceas y tendencia a mostrar los primeros signos de envejecimiento, fatiga o estrés. El tratamiento con polinucleótidos perioculares busca intervenir directamente sobre la regeneración celular de esta área, estimulando los procesos naturales de reparación, hidratación y firmeza sin alterar la expresión natural del rostro.
A través de microinyecciones superficiales, los polinucleótidos actúan como moduladores biológicos que mejoran la elasticidad y densidad de la dermis, fortaleciendo la estructura de soporte de la piel. Esto permite que incluso zonas con signos incipientes de envejecimiento, como líneas finas, ligeras ojeras pigmentadas o bolsas moderadas, se beneficien de un efecto de revitalización que combina hidratación profunda y mejora de la microcirculación local.
Los polinucleótidos son moléculas biocompatibles que favorecen la regeneración tisular y la producción de colágeno y elastina, proteínas esenciales para mantener la piel firme y elástica. Su acción es multifacética:
- Regeneración celular: activan la reparación de fibroblastos, mejorando la calidad y densidad de la piel.
- Estímulo de la microcirculación: facilitan el flujo sanguíneo en la zona periocular, lo que ayuda a oxigenar los tejidos y reducir la acumulación de líquidos.
- Protección y reparación: los polinucleótidos también contribuyen a proteger la piel frente al daño oxidativo y al estrés ambiental, optimizando su capacidad de recuperación natural.
Gracias a estos mecanismos, la piel del contorno de ojos se muestra más firme, tersa y luminosa, mientras que los signos de fatiga y envejecimiento progresan más lentamente.
Más allá de la mejora estética inmediata, el tratamiento ofrece ventajas funcionales que fortalecen la piel del contorno ocular:
- Refuerzo de la elasticidad y densidad cutánea: los tejidos se vuelven más resistentes a la aparición de nuevas arrugas.
- Efecto revitalizante integral: la combinación de hidratación, regeneración y mejora circulatoria aporta un aspecto descansado y fresco.
Preparación para otros tratamientos: la piel tratada con polinucleótidos responde mejor a procedimientos complementarios, potenciando la efectividad de otros protocolos faciales.
Con un ciclo adecuado de sesiones y un mantenimiento periódico, es posible prolongar los efectos del tratamiento, consolidando la luminosidad, hidratación y firmeza del área periocular a largo plazo.
El procedimiento se realiza de forma ambulatoria, con microinyecciones superficiales adaptadas a la anatomía y necesidades de cada paciente. La técnica permite una distribución homogénea de los polinucleótidos, asegurando una acción equilibrada sobre todo el contorno ocular sin aportar volumen innecesario.
Cada sesión tiene una duración aproximada de 15 a 20 minutos y no requiere anestesia ni tiempo de recuperación, permitiendo retomar la rutina diaria de inmediato. El número de sesiones recomendadas depende del grado de envejecimiento o daño cutáneo, aunque se suelen pautar varias sesiones iniciales con intervalos de una a dos semanas y posteriores sesiones de mantenimiento cada pocos meses.
Si bien el procedimiento es generalmente bien tolerado, la piel puede mostrar una leve reacción transitoria como mínima inflamación o pequeños hematomas que desaparecen en pocos días. Para optimizar los resultados, se recomienda evitar el maquillaje en las primeras 24 horas, así como exposición directa al sol, calor intenso o ejercicio físico durante los primeros días. Una hidratación constante y el cuidado delicado del área periocular potencian la eficacia del tratamiento y contribuyen a prolongar sus beneficios.